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Jueves de frutas y la tarjeta deportiva pasada de moda. Experto: Los códigos éticos importan.

Jueves de frutas y la tarjeta deportiva pasada de moda. Experto: Los códigos éticos importan.

El bienestar en el trabajo va más allá de los jueves de fruta, las tarjetas deportivas o las apps de mindfulness. El bienestar se centra en la ética, la cultura organizacional y las relaciones laborales, explicó Alicja Kotłowska, de la Universidad SWPS, a PAP. Añadió que las empresas deberían crear mecanismos para denunciar problemas.

Foto: SevenStorm JUHASZIMRUS // Pexels

El 8 de septiembre, el Instituto de Bienestar de Polonia organiza el Día Mundial del Bienestar, cuyo objetivo es inspirar a las personas a cuidar su salud y bienestar mental. También es una oportunidad para analizar si el entorno laboral también contribuye a nuestro bienestar.

Alicja Kotłowska, de la Universidad SWPS, destacó en una entrevista con PAP que pasamos una parte importante de nuestra vida en el trabajo, por lo que el ambiente allí afecta a nuestra salud física y mental.

El experto señaló que los beneficios que ofrecen muchos empleadores, como tarjetas deportivas, yoga o capacitaciones de desarrollo, no mejorarán nuestro bienestar ante un ambiente laboral tóxico.

El bienestar en el trabajo va más allá de los jueves de fruta o las apps de mindfulness. El bienestar se basa en la ética, la cultura organizacional y las relaciones laborales. Las investigaciones demuestran que incluso una sola persona tóxica en una empresa puede aterrorizar a equipos enteros, afirmó el experto.

Señaló que es difícil comprobar el comportamiento tóxico en el lugar de trabajo si una empresa carece de procedimientos para denunciar comportamientos poco éticos. Algunas empresas crean puestos como responsables de ética o responsables de cumplimiento, o su departamento de recursos humanos gestiona dichas denuncias.

El comportamiento tóxico en el trabajo incluye interacciones interpersonales hostiles , como el acoso psicológico, la agresión verbal o la exclusión de compañeros. Igualmente destructivas son las malas prácticas de gestión, como la microgestión, el favoritismo o la apropiación indiscriminada de méritos . La toxicidad también puede ser sistémica cuando una empresa impone expectativas poco realistas, mantiene una cultura del miedo o no garantiza la transparencia en los ascensos y la remuneración. Los comportamientos discriminatorios, que van desde el sexismo y la discriminación por edad hasta el acoso, constituyen una categoría aparte, socavando la igualdad y la seguridad de los empleados, afirmó Kotłowska.

Señaló que un ambiente laboral tóxico tiene casi ocho veces más probabilidades de provocar agotamiento.

Según el experto, las organizaciones deberían crear mecanismos eficaces de denuncia de problemas –preferiblemente anónimos y seguros– para que los empleados tengan una posibilidad real de protegerse del acoso, la humillación o el estrés a largo plazo.

Kotłowska señaló que una de las herramientas clave es la introducción de: códigos de ética , capacitación en ética y el puesto de una persona responsable de supervisar la ética en la organización.

El Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad SWPS realizó una evaluación de ética laboral entre 1000 empleados de empresas polacas. Tres de cada diez encuestados admitieron que las empresas para las que trabajan cuentan con un código desarrollado específicamente para ellos (31,6%), más de uno de cada cinco encuestados indicó que su empresa cuenta con un código desarrollado para todo el sector (21,8%) y el 17,7% de las respuestas se referían al cumplimiento de los principios éticos contenidos en otras normativas profesionales.

Uno de cada ocho participantes de la encuesta indicó que la empresa no tiene reglas escritas de conducta ética, por ejemplo, un código de ética profesional o reglas de conducta empresarial adecuada (12,7%).

Además, casi un tercio de los encuestados admitió que sus lugares de trabajo no impartían formación sobre conducta ética en el trabajo (31%). Uno de cada diez admitió que su empresa no impartía dicha formación cuando debía (10,6%). Uno de cada cinco encuestados indicó que la formación sobre conducta ética en el trabajo es obligatoria en sus lugares de trabajo (19,5%).

En la encuesta, el 28,3 % de los encuestados indicó que su empresa cuenta con un departamento encargado de cuestiones éticas o una persona a quien pueden reportar inquietudes relacionadas con conductas indebidas. El 28,2 % respondió negativamente. Uno de cada doce encuestados indicó que este departamento o persona que desempeña otras funciones se ocupaba de este asunto en cierta medida (8 %). Uno de cada cinco encuestados admitió desconocer el tema (20,2 %).

También se preguntó a los encuestados sobre la Ley de Protección de Denunciantes, que entró en vigor en 2024. El 27 % de los empleados creía que la ley animaría a los empleados polacos a denunciar prácticas poco éticas en el lugar de trabajo con mayor frecuencia. Uno de cada cinco encuestados (19,2 %) opinó lo contrario. Más de uno de cada tres encuestados (34,7 %) no supo dar una respuesta clara a la pregunta. Por otro lado, el 18,5 % de los encuestados nunca había oído hablar de la ley.

Kotłowska señaló que la falta de mecanismos adecuados para denunciar problemas provoca que las personas con comportamientos tóxicos pierdan gradualmente la motivación y, en consecuencia, abandonen la organización. Esto, añadió la experta, se traduce en costos tangibles para los empleadores en términos de rotación, contratación, pérdida de conocimiento y disminución de la eficacia del equipo. "A largo plazo, tolerar comportamientos tóxicos perjudica la reputación de la empresa y debilita su capacidad para competir por el mejor talento", enfatizó.

Carolina Kropiwiec (PAP)

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