Bruselas y Washington intensifican las negociaciones sobre los aranceles

La maquinaria diplomática entre la Unión Europea y Estados Unidos para terminar cuanto antes mejor con la guerra arancelaria desatada por la nueva Administración de Donald Trump marcha a toda vela. El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic –el hombre a quien Ursula von der Leyen ha encargado resolver cuanto antes este problema–, desveló ayer que en su última de las múltiples llamadas tanto él como su homólogo estadounidense, el secretario de Comercio Howard Lutnick, han acordado “intensificar sus contactos a nivel técnico” para tratar de llegar a una solución lo antes posible.
Así lo establecieron justo antes de que Lutnick partiera para acompañar al presidente Trump a su viaje al Golfo, y de que Sefcovic tuviera que informar este jueves a los ministros responsables de Comercio de la UE de los progresos en los negociados. “Tuvimos otra llamada constructiva. Hemos acordado intensificar nuestros contactos a nivel técnico, y estoy manteniendo un contacto regular tanto con él como con el embajador Jamieson Greer (el alto representante comercial de EE.UU.), con quien nos hemos enviado mensajes poco antes de que comenzara la reunión de hoy”, dijo Sefcovic a su llegada al encuentro del Consejo de Comercio.
Lee tambiénSegún el comisario, se verán pronto cara a cara, seguramente o en Bruselas o en las reuniones de la OCDE. Básicamente, resumió el político eslovaco, lo que han acordado es acelerar el trabajo e implicar también a altos funcionarios de ambos lados.
Sefcovic y Lutnick han acordado acelerar los trabajos e implicar a más altos funcionariosSi bien anteriormente Sefcovic había revelado que Bruselas está dispuesta a aumentar en 50.000 millones de euros las compras de bienes a EE.UU. –incluso habló en concreto de aumentar las adquisiciones de soja o gas natural licuado–, este jueves el comisario se limitó a mencionar algunas grandes áreas que están tratando.
Por ejemplo, no es ningún secreto que el principal asunto que molesta al Gobierno norteamericano es el déficit comercial en bienes, mientras la UE les recuerda que también tiene un déficit comercial en servicios y que debería verse desde los distintos lados. Luego, incidió en que hay temas en los que es mejor que ambas potencias actúen de la mano, como en la búsqueda de materiales críticos o la cooperación para tecnología sensible como la inteligencia artificial. “Estamos acercándonos desde todos los ángulos para asegurarnos un resultado justo, equilibrado y duradero”, consideró el discreto negociador.
Estas señales, así como la desescalada en guerra arancelaria entre EE.UU. y China, han favorecido un cierto optimismo entre los varios Estados miembros comunitarios para pensar que se puede realmente llegar a una solución acordada durante esta tregua de 90 días, en que la UE ha pausado sus represalias a los aranceles con el fin de dar el mayor espacio posible a las conversaciones entre bastidores. “El comisario y su equipo están haciendo verdaderos progresos. Soy prudentemente optimista, porque hay indicios de que nuestros aliados y socios estadounidenses están cambiando su enfoque y desescalando sus relaciones también con otros socios comerciales importantes, como China, y, por supuesto, el acuerdo inicial que se ha pactado con el Reino Unido”, valoró el subsecretario de Estado de Desarrollo Económico polaco, Michal Baranowski.
Algunos ministros europeos advierten que no les valdría el acuerdo descafeinado del Reino UnidoSin embargo, los ministros europeos también recuerdan que la UE tiene un plan B y que seguirán adelante con las represalias comerciales si el resultado de las negociaciones no es un acuerdo justo para ambas partes. No lo sería, por ejemplo, para algunos, el descafeinado pacto con el Reino Unido, que ha aceptado un arancel básico estadounidense del 10% para evitar otros gravámenes a los automóviles y los metales. “Si el acuerdo entre Reino Unido y EE.UU. es lo que Europa obtiene, entonces EE.UU. puede esperar contramedidas de nuestra parte”, avisó el ministro sueco de Comercio, Benjamin Dousa.
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