Noruega lanza el primer vuelo de un avión eléctrico comercial


Operado por la filial noruega del portaaviones Bristow, el avión, un Alia construido por la compañía estadounidense Beta, cubrió los 160 kilómetros entre Stavanger y Bergen en 55 minutos.
Un pequeño avión eléctrico completó el jueves su primer vuelo de prueba de carga en el mundo real entre los aeropuertos de Stavanger y Bergen en el suroeste de Noruega, anunció la aerolínea estatal noruega Avinor.
Operado por la filial noruega de la aerolínea Bristow, el avión, un Alia construido por la empresa estadounidense Beta, recorrió los 160 kilómetros que separan ambas ciudades en 55 minutos, simulando un vuelo de carga. «Es la primera vez que se prueba un avión eléctrico en una ruta de carga entre Stavanger y Bergen», declaró a la AFP Karianne Helland Strand, directora de Avinor.
El objetivo de este vuelo de evaluación, realizado en modo visual (sin instrumentos), fue evaluar la integración en el tráfico aéreo y la infraestructura aeroportuaria en tierra. La campaña de evaluación, que comenzó en agosto, está prevista que se prolongue hasta enero de 2026.
Se está llevando a cabo en estrecha colaboración con las autoridades reguladoras noruegas para que, una vez certificada entre 2028 y 2030, la tecnología pueda implementarse rápidamente a nivel comercial. «Esta es la primera prueba en condiciones reales» realizada por un operador comercial, declaró a la AFP el piloto Jeremy Degagne.
Las baterías de a bordo otorgan al avión una autonomía de 400 km, suficiente para realizar el trayecto de ida y vuelta entre Stavanger y Bergen sin recargar, y siempre funcionan con una reserva de energía. «No sufro ansiedad por la autonomía», una opinión común entre los usuarios de medios de transporte eléctricos, declaró Jeremy Degagne.
"En tu coche eléctrico, podrías pensar que puedes recorrer otros 10 kilómetros hasta una estación de carga. En la aviación, eso no ocurriría. Tenemos los mismos límites de energía que un avión normal", dijo.
En agosto de 2019, el entonces director de Avinor, Dag Falk-Petersen, piloto de aerolínea, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el sur de Noruega tras perder potencia en el motor mientras pilotaba una avioneta eléctrica. Ni él ni su pasajero, un secretario de estado noruego, resultaron heridos.
Noruega, pionera en coches y barcos eléctricos, también aspira a ser un laboratorio de aeronaves de bajas o nulas emisiones. Contribuyendo a casi el 3% de las emisiones globales de dióxido de carbono, el sector de la aviación es uno de los más difíciles de descarbonizar.
(el/la/el)
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