Huelga de controladores aéreos del 3 y 4 de julio: se mantiene el preaviso pese al intento de conciliación

UNSA-ICNA, el segundo sindicato más grande que representa a los controladores aéreos, anunció el lunes que había presentado un aviso de huelga justo antes de las vacaciones de verano para protestar, en particular, contra la "gestión tóxica" y la "falta de personal estructural, resultado de una política de contratación defectuosa".

La DGAC reconoce las dificultades. «La DGAC reconoce las dificultades asociadas a la situación de escasez crónica de personal , que afecta la calidad del servicio prestado a las aerolíneas. Precisamente para abordar este problema, defiende un ambicioso plan de contratación, incluido en una estrategia plurianual, con el fin de garantizar un servicio eficiente y seguro», argumentó la administración el miércoles en un comunicado de prensa. La DGAC declaró el miércoles su deseo de «explorar soluciones para evitar una movilización con graves consecuencias para los usuarios y los actores del transporte aéreo, tanto a nivel nacional como europeo».

La DGAC también declaró que lamenta profundamente la elección de estas fechas (3 y 4 de julio), que corresponden a los días de mayor actividad del año, debido a las numerosas salidas por vacaciones durante este período. La UNSA-ICNA denunció los excesos gerenciales en la Dirección de Servicios de Navegación Aérea, cuyo estilo autoritario y brutal, incumpliendo sus compromisos y desconectado de la realidad operativa, mantiene un clima de presión constante y desconfianza incompatible con las exigencias de serenidad y seguridad en la profesión de controlador aéreo.

Para la DGAC, las demandas del sindicato se refieren a la asistencia, el salario y la contratación de controladores. Se está llevando a cabo una reforma para establecer un control de tiempo para los controladores al asumir sus puestos, tras un grave incidente ocurrido en el aeropuerto de Burdeos a finales de 2022, cuando dos aviones casi colisionaron. En un informe, la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA) atribuyó el hecho a la deficiente organización del trabajo de los controladores, al margen del marco legal y sin respetar el turno de guardia.