En Burdeos, la desilusión de los compradores chinos de viñedos
Hace diez años todavía era un Eldorado. Pero hoy, la región vinícola de Burdeos se está convirtiendo en una pesadilla comercial para muchos inversores chinos, obligados a vender con pérdidas tras la disminución de las exportaciones y las restricciones de Pekín. Un reportaje entre viñedos y castillos del periódico británico “The Times”.
En Médoc, las viñas, cubiertas de malas hierbas, se marchitan frente a un castillo abandonado. La propiedad pertenece al hombre al que llamaremos Sr. Wan, uno de los primeros chinos continentales en adquirir un viñedo de Burdeos, en 2011. Hoy, el septuagenario viste una chaqueta acolchada mientras camina por el castillo y sus ocho habitaciones sin calefacción, que está ansioso por vender.
Desgraciadamente, no es el único en esta situación en Burdeos. Durante la década de 2010, los chinos compraron no menos de 176 viñedos de la región. “Compré esta propiedad porque se ajusta a un estilo de vida que me encanta”, nos cuenta el Sr. Wan, quien posee dos propiedades, la otra ubicada cerca de la televisiva ciudad de Saint-Émilion. Otro chino, Qu Naijie, compró 27 propiedades.
Christophe Chateau, director de comunicación del Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB), es el responsable de la comercialización de estas variedades de uva. Explica que los chinos soñaban con establecerse en Francia porque, para ellos, es un país que salió victorioso de su revolución, a pesar de todas las marcas de lujo que hoy lo abundan. “En China, para pasar po
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