Fomentar la lectura: un compromiso de todos

Esta época del año es especial para la literatura, ya que los libros abandonan los estantes y ocupan espacios públicos en ferias que se celebran en muchas partes de nuestro país. Cuando la producción literaria se hace visible, accesible y celebrada, no solo promovemos a autores o editoriales. Cultivamos lectores, estimulamos el pensamiento crítico y reforzamos el papel de la cultura en nuestra vida colectiva.
Además de proporcionar un encuentro único entre autores y lectores, las ferias del libro son espacios de descubrimiento, diálogo y pertenencia, donde los libros cobran vida, los niños descubren historias y los adultos encuentran el placer de la lectura.
En Portugal, fomentar la lectura sigue siendo un reto, por lo que este tipo de eventos es crucial. Los últimos datos sobre hábitos de lectura son alentadores, especialmente entre los jóvenes. Un estudio publicado recientemente reveló que, en el grupo de edad de 18 a 24 años, el 39 % de los encuestados lee 10 libros al año y el 23 % lee más de 20 títulos, cifras muy superiores a las registradas en otras edades. En otras palabras, existe una clara tendencia al alza en el mercado editorial, que experimentó un aumento del 10 % este año.
Estas señales positivas indican que vamos por buen camino. Sin embargo, este esfuerzo requiere continuidad para aumentar estas cifras y lograr una cultura de lectura verdaderamente sostenible e integral.
Pero en este contexto todos tenemos un papel que desempeñar.
Las ferias del libro, que se celebran durante el verano, representan un impulso estratégico para el desarrollo cultural y social, con beneficios que van mucho más allá de la promoción editorial. Celebrarlas en espacios públicos emblemáticos fortalece la conexión entre la literatura y la comunidad, creando experiencias memorables y un impacto duradero.
Todos podemos comprometernos como agentes culturales. Cada lector tiene el poder de influir positivamente en su familia o amigos, ya sea recomendando libros, participando en clubes de lectura o compartiendo experiencias literarias en redes sociales. Al asumir este rol, los ciudadanos se convierten en catalizadores del cambio.
Por último, pero no menos importante, las empresas e instituciones deben asumir una mayor responsabilidad en la promoción de la lectura. ¿Cómo? Aportando recursos, espacios e iniciativas concretas que amplíen el acceso a los libros y la literatura. Colaborando con escuelas, bibliotecas y autoridades locales, apoyando proyectos educativos, concursos literarios y campañas de concienciación que fomenten el amor por la lectura en todas las edades.
Fomentar la lectura es, por tanto, una responsabilidad compartida: un compromiso colectivo que requiere voluntad, creatividad y acción continua. Solo así podremos construir una sociedad más informada, crítica y creativa.
observador