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Caso Master y techo de R$ 1 millón en FGC exponen riesgo moral en bancos

Caso Master y techo de R$ 1 millón en FGC exponen riesgo moral en bancos

La venta de parte de los activos del Banco Master al BRB (Banco de Brasília) reavivó el foco sobre el Fondo de Garantía de Crédito (FGC) y amplió el debate sobre su papel y posibles cambios en sus reglas. En el centro de las discusiones está la propuesta presentada en 2024 por el senador Ciro Nogueira (PP-PI), incluida en la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 65/2023, que trata de la autonomía del Banco Central.

La sugerencia pretende cuadruplicar el límite de cobertura del fondo, de los actuales R$ 250 mil a R$ 1 millón por CPF o CNPJ, con el argumento de alinear el modelo brasileño a estándares internacionales, como el de Estados Unidos, donde el techo es de US$ 250 mil. Desde entonces, el tema ha sido discutido no sólo en la Legislatura, sino también fuera de ella, especialmente entre representantes del sector financiero.

“Es una propuesta controvertida, ya que hay mucha desconfianza con relación a las operaciones del Banco Master que podría indicar la necesidad de utilizar el FGC”, afirma Marcelo Botelho, profesor de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de São Paulo en Ribeirão Preto (FEA-RP/USP). “Puede parecer oportunista dado el momento”.

El Congreso está dividido. Los parlamentarios a favor de la propuesta la ven como una forma de fortalecer la confianza de los inversores en el sistema. Por otro lado, los técnicos advierten de riesgos de desequilibrio en las cuentas del fondo, lo que ha dificultado el avance de la medida. El relator de la PEC, senador Plínio Valério (PSDB-AM), rechazó la enmienda. Aún así, el debate sigue siendo intenso entre instituciones, entidades representativas y organismos de protección al consumidor.

El cambio, dicen los partidarios, podría atraer nuevas inversiones al sector, incluso de inversores con mayores volúmenes de recursos, lo que ampliaría la base de depósitos y potencialmente estimularía el crecimiento del sector. “Puede aumentar el apetito de los inversores por el riesgo, buscando inversiones más arriesgadas”, dice el profesor de la USP.

Los críticos advierten que ampliar la protección podría incrementar el llamado riesgo moral, al alentar un comportamiento más audaz por parte de los inversores y las instituciones financieras, que se sentirían respaldados por la garantía del FGC en casos de incumplimiento o quiebra. Incluso con una cobertura limitada a R$ 250 mil, esta dinámica se ha observado en los últimos años.

Como mencionó Botelho, el temor se materializó en el caso del Banco Master, que ganó notoriedad al ofrecer Certificados de Depósito Bancario (CDB) con rentabilidad de hasta el 140% del CDI, muy por encima del promedio practicado por los bancos menores, que oscila entre el 110% y el 120%. Los CDB de cualquier institución están cubiertos por el fondo, pero Master utilizó esta protección como argumento para atraer a inversores potencialmente desconfiados de la remuneración superior a la media.

Entidades como la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), la Asociación Brasileña de Bancos (ABBC) y la Asociación Nacional de Instituciones de Crédito, Financiamiento e Inversión (Acrefi) se han posicionado en contra del aumento del techo de cobertura, argumentando que el valor actual ya protege a más del 99% de los depositantes y alrededor de la mitad del monto total mantenido en custodia.

La Asociación Brasileña de Desarrollo (ABDE) criticó la propuesta desde otra perspectiva: según la organización, ampliar la cobertura beneficiaría a los inversores de altos ingresos y penalizaría indirectamente a los pequeños inversores. Para el presidente de la ABDE, João Carlos de Lima, esto ocurriría porque los bancos tenderían a trasladar los costes adicionales de contribuir al FGC a través de tasas de interés más altas o una caída en la rentabilidad de los productos.

Un límite más alto de mutilación genital femenina y una falsa sensación de seguridad podrían propagar las crisis

También existen preocupaciones sobre la capacidad del FGC para mantener su papel en escenarios difíciles. Con un límite más alto y más bancos operando bajo una falsa sensación de seguridad, las crisis puntuales podrían propagarse rápidamente, obligando al fondo a cubrir montos mucho mayores que los actuales. Esto pondría en duda su eficacia y aumentaría el daño al sistema financiero y a la economía en su conjunto.

En medio de las discusiones, los grandes bancos propusieron al BC un nuevo modelo operativo para el FGC. Los bancos que quieran captar más fondos bajo su protección tendrían que pagar una contribución adicional, penalizando el aumento del riesgo. Pero la medida afectaría principalmente a los bancos medianos y pequeños.

Las agencias de protección al consumidor, como Procons e Idec (Instituto Brasileño de Protección al Consumidor), argumentan que cualquier cambio en las reglas debe preservar el equilibrio entre la protección del solicitante y la justicia económica. El profesor Botelho coincide: “Lo ideal sería que el Banco Central analizara el límite de protección ideal, equilibrando la seguridad de los inversores y la sostenibilidad de los fondos”.

En 2024, el Consejo Monetario Nacional (CMN) decidió imponer un freno a las inversiones realizadas con dinero protegido por el FGC. La nueva norma determinó que los recursos sólo podrán invertirse en bonos públicos, considerados los valores más seguros del mercado.

La medida busca evitar que las instituciones financieras inviertan recursos en inversiones de alto riesgo, lo que podría debilitar al fondo en escenarios de inestabilidad del sistema, precisamente cuando su acción se hace más necesaria.

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