Un país de empresas

Hoy celebramos el día de la Empresa, una cita en el calendario para poner en valor el día a día de un país de empresarios y empresarias que se levantan cada mañana y sacan adelante sus negocios: desde una startup que hace sus primeros pasos con innovación y todo el entusiasmo, a una gran empresa internacional que ha decidido apostar por nuestro país, pasando siempre por nuestras empresas familiares, algunas de ellas con cuatro generaciones al frente pero con la misma energía que tuvieron los fundadores.

Catalunya es un país de empresas, de empresarios, de empresarias, y de trabajadores y trabajadoras que vertebran y musculan nuestra economía. Una red que genera un verdadero ecosistema económico compuesto de muchos y potentes sistemas productivos que nos suministran todos los productos y servicios que requerimos como sociedad.

Desde que soy conseller d’Empresa i Treball –pronto hará un año–, reivindico abiertamente las empresas y los empresarios e insisto en la necesidad en hacerlas robustas ante las inclemencias de los tiempos, que en los últimos años han sido diversas. Una gran crisis económica, una pandemia o una escalada de la inflación, y encontrándonos ahora ante un contexto arancelario incierto. Desde el Govern, por cierto, dimos réplica rápidamente con el Pla Responem para ayudar en las empresas a afectadas por las medidas de la Administración Trump.

Frente a todo eso, y a un orden mundial cada día más inestable, es necesario fortalecer nuestro sistema empresarial, y hay que hacerlo apostando por reforzar nuestras cadenas de valor, evitando dependencias externas e impulsando una producción propia que nos haga autónomos y más competitivos. No volveré a citar las páginas escritas por Mario Draghi y Enrico Letta, pero en eso estamos totalmente alineados con los propósitos europeos.

También nos hace falta diversificar y apostar por la internacionalización, con empresas de aquí que tengan capacidad de exportar, pero también con más atracción de inversión extranjera. Y no vamos mal: en el año 2024 batimos récords con más de 1.000 millones de euros en captación pública de inversión extranjera. Un 22% proviene de proyectos de origen asiático. El nuevo contexto geopolítico global hace que nuestra mirada comercial también se tenga que diversificar, trabar nuevas alianzas y buscar nuevos mercados, evitando siempre poner todos los huevos en el mismo cesto.

La descarbonización y la digitalización son otros dos factores que tenemos como prioridades para transformar y adaptar nuestra economía empresarial. Y también en eso podemos decir que no vamos por mal camino, sino al contrario.

Trabajando en todas estas vías, creemos firmemente que podemos dejar las bases puestas de un entramado empresarial todavía más firme. Y hacerlo siempre pensando en la forma de ser intrínseca de este ecosistema, con todas sus potencialidades: con el talento, las universidades de primer nivel, con los centros de investigación y desarrollo,con el músculo industrial... Con todo eso y con un sistema nodal territorial que hace tan potente una inversión en Batea como una startup en Olot. Esta es la Catalunya de las empresas.

Las buenas cifras de empleo con las que contamos hoy solo son buenas también si esta ocupación está por todo nuestro territorio. Esta es también la prosperidad compartida que ambicionamos y que creemos que estamos alcanzando como país.

Y, como país, es de justicia celebrar esta jornada dedicada a las empresas, pero sobre todo a reconocer a todos aquellos que las hacen posibles: del fundador a punto de jubilarse al becario que estos días empieza sus prácticas de verano. Son ellos los que hacen de Catalunya un país de empresas y la región de la zona euro con mayor crecimiento.