La ley del péndulo

Los resultados de las elecciones alemanas han vuelto a confirmar la ley del péndulo. Cuando la izquierda más se radicaliza, el péndulo se va más fuerte a la derecha. Es lo que ha pasado en EE.UU. con el gran éxito de Donald Trump, en Italia con Giorgia Meloni, o en Francia con Marine Le Pen. Es una tendencia que se está generalizando en los países desarrollados de Occidente. La socialdemocracia, muy condicionada por los partidos de la izquierda radical, prácticamente está desapareciendo de la UE.
España no es una excepción. Todas las encuestas, excepto el CIS de Tezanos, indican que el bloque de izquierdas está perdiendo apoyo, mientras que el bloque de la derecha cada vez se fortalece más, y en especial Vox. Esto no se produce a causa de un virus que aparece de la noche a la mañana como la covid. Es el resultado de una serie de factores entre los que la economía ha jugado un papel decisivo. El poder adquisitivo de la mayor parte de los trabajadores se ha reducido desde el 2008, cuando se produjo el crack financiero a causa de las hipotecas basura.
No es una casualidad que AfD haya ganado en todos los länder de la antigua RDALa izquierda tomó el relevo a la derecha neoliberal de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y durante las últimas décadas ha gobernado con partidos radicalizados. Esto explica que haya tomado una serie de decisiones equivocadas. A pesar de ello no ha hecho ninguna autocrítica que explique por qué la sociedad se echa cada vez más a la derecha.
No es una casualidad que en Alemania la extrema derecha de AfD haya ganado en todos los länder de la antigua RDA. Gente que ha crecido y vivido bajo el yugo comunista y, cuando ha tenido ocasión, se ha pasado al otro extremo. Por el contrario, la CDU, encabezada por Friedrich Merz, el ganador democristiano, ha sacado sus votos en lo que era la RFA. Los socialdemócratas del SPD simplemente se han hundido.
La izquierda ha hecho del aumento del gasto, la deuda y la subida de impuestos sus señas de identidad. Esto, unido a la llegada masiva y descontrolada de emigrantes y a los excesos identitarios, es lo que explica que el péndulo se haya ido al otro extremo.
Es lo que le está pasando a Pedro Sánchez, que cada día se aleja un poco más de la socialdemocracia clásica. Sus aliados de Podemos, Sumar, ERC o Bildu le han forzado a abrazar planteamientos que han agravado problemas como la vivienda, la falta de expectativas para los jóvenes o el aumento de los índices de pobreza.
Es cierto que durante su mandato ha crecido la riqueza en términos absolutos. Pero si a este incremento se le descuenta la inflación, el aumento de población y de los impuestos, el resultado es una caída del poder adquisitivo de los salarios. Ha subido el PIB, pero ha bajado la renta per cápita, que es lo que importa. Y todo ello sin olvidar que debemos más de 1,62 billones de euros.
Como dice la sabiduría popular, “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
lavanguardia