La lengua azul amenaza de nuevo a los ganaderos extremeños

La Organización Agraria Apag Extremadura Asaja, han mostrado su profunda preocupación por la situación que se está viviendo en las cabañas ganaderas de ovino de la zona este de la provincia de Badajoz, en áreas limítrofes con las provincias de Córdoba y Ciudad Real, debido a la enfermedad de la Lengua Azul.

No es la primera vez que la lengua azul causa estragos en los ganaderos extremeños, en el 2024, donde el serotipo 3 causó una gran virulencia, hubo más de 1.500 ganaderos afectados, y aunque la Junta de Extremadura anunció ayudas para paliar las terribles consecuencias, no se han abonado hasta finales de julio de 2025.

Por ello, exigen medidas para evitar que esta situación vuelva a descontrolarse en la región.

En las últimas semanas se están detectando numerosas explotaciones gravemente afectadas, con casos de mortalidad en animales incluso en explotaciones ya vacunadas, otras en las que aún no se han podido aplicar los cuatro serotipos de vacunación y otras con singularidades aún por aclarar, según destaca la organización.

Afirman que la "enfermedad sigue avanzando de este a oeste y, de continuar esta tendencia, nos enfrentamos a un verdadero drama para la cabaña ganadera ovina, que podría suponer un golpe mortal para las zonas rurales, ya de por sí castigadas por la despoblación y las dificultades del sector".

Desde Apag Extremadura Asaja exigen a las distintas administraciones varias medidas: por un lago un seguimiento exhaustivo en las explotaciones afectadas para analizar por qué, aun con las pautas de vacunación completas, se están produciendo estos casos. Piden investigación científica inmediata, identificación y contabilización de todas las explotaciones afectadas; y un compromiso firme de indemnización, tanto por los animales muertos como por las pérdidas de lucro.

Destacan que "los profesionales del ovino llevan años luchando por mantener vivo un sector estratégico para nuestra economía y para la vida en el medio rural. Una crisis sanitaria de esta magnitud, sin apoyo ni compensaciones, puede suponer la defunción total del sector en muchas comarcas extremeñas". Por ello, desde Apag Extremadura Asaja "no vamos a permitir que se deje a los ganaderos a su suerte y reclamamos medidas inmediatas para frenar esta enfermedad y proteger el sustento de cientos de familias que viven de la ganadería ovina".