Riesgo bancario: MPS avanza, Mediobanca vuelve a presentar oferta. Pero Generali decide.

Acelerando a fondo. Casi a fondo. En tiempo récord, Mediobanca convoca una junta de accionistas el 21 de agosto, invitándolos a votar sobre la aprobación de la OPA sobre Banca Generali. Fija la posible fecha de inicio de la oferta a principios de septiembre y reescribe las reglas del juego. Excluye a la propia Banca Generali del acuerdo preliminar, haciendo suficiente la aprobación de Generali, que posee el 50,17%, y adelanta la fecha límite para revisar los términos de la oferta. Ya no antes de la publicación del documento, sino casi hasta el final del plazo de aceptación. "¿Una decisión sorpresiva? Quizás desesperada", comentó Rony Hamaui, profesor de economía monetaria en la Universidad Católica de Milán. "Tras las cifras de MPS", explicó el economista a AdnKronos, "Piazzetta Cuccia empieza a tener la sensación cada vez más clara de que la OPA competidora, la de Monte dei Paschi sobre Mediobanca, está llegando a su fin". La convocatoria de la junta general de accionistas del 6 de agosto para el 21 de agosto, con apenas unos días de antelación, en pleno verano, "y el riesgo de que muchos no puedan asistir por razones de procedimiento, parece, cuanto menos, inusual".
Los estados financieros recién publicados de Siena son impresionantes: los resultados superaron las expectativas, la previsión se elevó a más de 1.500 millones de euros de beneficio bruto en 2025 y 2.800 millones de euros de capital excedente, que podrían incluirse en la oferta pública de adquisición de Mediobanca. El plazo de la oferta vence formalmente el 8 de septiembre. El tiempo se agota. «Así pues, Mediobanca está avanzando», subraya Marta degl'Innocenti, profesora de Intermediarios Financieros de la Universidad de Milán, en declaraciones a AdnKronos. «Intenta adelantarse a Monte dei Paschi, flexibilizando las restricciones iniciales y concediéndose un horizonte temporal más amplio para asegurar su alianza con el León antes de que sea demasiado tarde, introduciendo una mayor flexibilidad operativa y obligando a los accionistas a expresar sus decisiones en un contexto aún en evolución».
Generali, sin embargo, se está tomando su tiempo. El director general, Philippe Donnet, declaró: «Sigamos con las negociaciones», calificándolas de «complejas» y «sin plazos». Para algunos, es luz verde; para otros, una luz amarilla. Pero es suficiente para Nagel, que no tiene tiempo. Por lo tanto, la sensación es que el juego está completamente entre Mediobanca y Generali, como enfatiza Hamaui: «Si lo piensan, la adquisición de Piazzetta Cuccia no es una adquisición. Porque, en esencia, no es más que una negociación privada entre dos partes, en lugar de una transacción de mercado abierto. Si Generali, que es la única que posee la participación mayoritaria en Banca Generali, dice que no, la oferta pública de adquisición no se llevará a cabo. Incluso si todos los demás accionistas dicen que sí». El economista destaca otro aspecto, "que no es en absoluto secundario, quizá pasado por alto. En el primer borrador de la oferta, Mediobanca incluyó una restricción sobre las acciones destinadas a Generali: no podían revenderse durante un año. Pues bien, esta cláusula ya no está vigente". ¿Por qué? Según el profesor, quien también escribe para la plataforma de economistas lavoce.info, es conveniente para ambas partes: "Generali podría revender inmediatamente las acciones de Mediobanca a partes aliadas, que luego podrían influir en la junta de accionistas. Y quizás el propio Nagel espera que, al hacerlo, se pueda evitar que toda la estructura de gobierno caiga en manos hostiles: las de Caltagirone y Delfin".
Por un lado, está Mediobanca, que se niega a ceder ante Siena. Por otro, Generali, que sigue con cautela los movimientos a su alrededor, consciente de que podría ser el próximo objetivo, especialmente dada su cartera de BTP, que a 30 de junio ascendía a 40.600 millones de euros, lo que la convierte en el mayor inversor privado expuesto a la deuda pública italiana. Sin embargo, si las condiciones fueran las adecuadas, el León también podría estar dispuesto a conservar su banca minorista y jugar la carta del eje europeo en solitario con el banco francés Natixis. Además, como señala Hamaui, «Mediobanca ya ha publicado algunas directrices para el acuerdo con Generali, como la duración de diez años de la asociación de distribución y el papel de Piazzetta Cuccia como distribuidora». ¿Está todo ya escrito? Casi. Un asesor general corporativo que pidió permanecer en el anonimato sugirió a AdnKronos que la ley que rige las ofertas públicas de adquisición es confusa en varios aspectos y está sujeta a interpretación. En una nota publicada la tarde del 6 de agosto, Hamaui sugiere que "Mediobanca puede haber llegado al límite, pero es capaz de sentar un precedente con el que baraja las cartas en juegos ya iniciados y no proporciona a los accionistas la información que necesitan".
Marco Gambaro, economista y profesor de economía aplicada en la Universidad de Milán, declara a AdnKronos: «Quizás no haya otra opción. Porque Siena avanza. Y Nagel, que se espera que se marche si MPS triunfa, intenta arriesgarlo todo. Es como tirar la precaución por la borda. O como un castillo de naipes: mueves una carta y las demás podrían caer». Y esta es la paradoja, concluye Gambaro: «La opa de Mediobanca, basada en el 'tal vez' de Donnet, se ha convertido en la contraoferta más audaz de este verano bancario. Y lo que parecía la opa más audaz, la de MPS, se ha convertido en algo cada vez más cerca de hacerse realidad». (Por Giacomo Iacomino)
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