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Clima: Los combustibles fósiles seguirán por encima de los límites en 2030

Clima: Los combustibles fósiles seguirán por encima de los límites en 2030

Diez años después del Acuerdo de París, la brecha entre los compromisos climáticos de los gobiernos y la realidad de sus planes energéticos continúa ampliándose. Así lo indica el Informe de Brecha de Producción 2025 , presentado el 22 de septiembre por el Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI), el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y Climate Analytics . El informe, ahora en su quinta edición, captura una contradicción estructural: mientras la comunidad internacional reitera la necesidad de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, los gobiernos planean un aumento en la producción de carbón, petróleo y gas que está empujando al mundo en la dirección opuesta.

El concepto clave es la brecha de producción , es decir, la diferencia entre los volúmenes de combustibles fósiles que los países pretenden extraer y los niveles compatibles con las trayectorias climáticas de París. Para 2030, los planes gubernamentales conducirán a una producción de combustibles fósiles un 120% superior a los niveles compatibles con 1,5 °C y un 77% superior a los de 2 °C . Esto es un empeoramiento en comparación con 2023, cuando la brecha ya era del 110% y del 69%. El análisis muestra cómo, a nivel agregado, los gobiernos pretenden producir más carbón hasta 2035, más gas hasta 2050 y seguir aumentando la extracción de petróleo a lo largo del siglo. Según los escenarios del informe, en 2030, la producción mundial proyectada sería un 500% superior para el carbón, el 92% para el gas y el 31% para el petróleo en comparación con los niveles compatibles con 1,5 °C.

El punto crítico es que estos planes chocan con las propias previsiones de los escenarios energéticos internacionales. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo antes de 2030. Sin embargo, los gobiernos siguen centrándose en la nueva producción y la infraestructura de combustibles fósiles, lo que crea un efecto de "bloqueo" que dificultará y encarecerá revertir la tendencia en el futuro . El informe destaca dos consecuencias. La primera es que la producción acumulada de combustibles fósiles durante los años 2020-2029 será mucho mayor que la permitida por las trayectorias climáticas. La segunda es que, precisamente para compensar este exceso, los recortes en el futuro tendrán que ser más rápidos y drásticos. Para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en la segunda mitad del siglo, será necesario reducir la producción de combustibles fósiles a los niveles más bajos posibles: casi cero carbón para 2040 y reducir la producción de petróleo y gas en aproximadamente tres cuartas partes para 2050 en comparación con 2020.

Algunos países productores han comenzado a tomar medidas. Colombia ha adoptado una hoja de ruta para una transición energética justa, Alemania ha anticipado la eliminación gradual del carbón, Brasil ha lanzado un programa de aceleración de la transición y China ya ha alcanzado su objetivo de 2030 en cuanto a capacidad solar y eólica renovable seis años antes de lo previsto. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos no están alineando sus planes de producción con los objetivos climáticos y continúan apoyando a la industria de los combustibles fósiles con subsidios directos o indirectos. En 2024, el nivel de apoyo público a los combustibles fósiles se mantuvo cerca de su máximo histórico.

El informe analizó en detalle los planes de 20 grandes productores, desde Estados Unidos hasta China, Rusia y Arabia Saudita. Diecisiete de los 20 países planean aumentar la producción de al menos un combustible fósil para 2030, y 13 anticipan un fuerte crecimiento en el gas. En algunos casos, como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita, las previsiones son incluso superiores a las registradas en 2023. La conclusión es inequívoca: a menos que los gobiernos integren explícitamente la reducción de la producción de combustibles fósiles en sus planes de transición energética, todos los objetivos climáticos permanecerán fuera de alcance. Por lo tanto, el informe lanza un llamado antes de la tercera ronda de contribuciones nacionales (NDC) al Acuerdo de París, solicitando una reversión de la expansión de los combustibles fósiles y fortaleciendo la cooperación internacional para una transición global justa. La ventana para mantener vivo el objetivo de 1,5 °C se está cerrando rápidamente.

La Repubblica

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