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Reinicio de Fessenheim, moratoria a las energías renovables… Un cambio preocupante en los debates

Reinicio de Fessenheim, moratoria a las energías renovables… Un cambio preocupante en los debates

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En esta columna, Maxence Cordiez, experto asociado en energía del Instituto Montaigne y coautor del libro "Energía nuclear en 100 preguntas" (Tallandier), destaca la naturaleza irreal y peligrosa de las enmiendas a la Ley de Energía y Clima aprobadas esta semana. Esto, enfatiza, redunda en el "mejor interés de la nación".

Este artículo es un artículo de opinión, escrito por un autor externo al periódico y cuyo punto de vista no refleja las opiniones del personal editorial.

Un proyecto de ley sobre energía y clima, también conocido como el "proyecto de ley Grémillet", en honor al senador que lo impulsó, se encuentra en trámite en la Asamblea Nacional. Si bien la energía tradicionalmente genera controversia en el cuerpo político, su instrumentalización adquirió una nueva dimensión durante la primera lectura de este texto. En un contexto de considerable ausentismo en la Asamblea, el proyecto se prepara para su votación en sesión plenaria el próximo martes tras la aprobación de varias enmiendas particularmente problemáticas.

El regreso de la oposición entre nuclear y renovables, en beneficio de los combustibles fósiles

En primer lugar, una enmienda (n° 486) presentada por Los Republicanos establece una moratoria sobre las energías renovables, llegando incluso a prohibir la prolongación o renovación de instalaciones más allá del final del funcionamiento autorizado "durante todo el período necesario para realizar un estudio objetivo e independiente destinado a determinar la combinación energética óptima para Francia" .

Recordemos que en Francia, el 60 % de la energía consumida es de origen fósil (petróleo, gas y, marginalmente, carbón). Esta dependencia es perjudicial para el clima y la balanza comercial francesa, dado que la importación de estos combustibles le cuesta a nuestro país varias decenas de miles de millones de euros al año. Por lo tanto, resulta irónico establecer una moratoria sobre parte de la energía baja en carbono necesaria para sustituir estos combustibles fósiles.

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Además, el estudio "objetivo e independiente" solicitado por los diputados ya fue realizado por RTE en 2021 (Futurs énergies 2050), actualizado posteriormente en 2023 en su informe de previsiones 2023-1935. RTE demostró que las combinaciones eléctricas basadas en energías nucleares y renovables eran económicamente óptimas y reducían el riesgo de fracaso al evitar trayectorias industrial o socialmente irreales, así como el uso de tecnologías sin probadas industrialmente y económicamente dudosas (como el almacenamiento masivo de hidrógeno electrolítico para alimentar centrales eléctricas en escenarios sin energía nuclear).

Negar la existencia de estos estudios, técnicamente sólidos y cuyas diferentes hipótesis han sido discutidas con todos los actores implicados, no puede encontrar otra explicación que el rechazo de sus conclusiones y la expectativa de un estudio que, al mostrar que las energías renovables no tendrían ningún papel que desempeñar en la descarbonización y la seguridad del abastecimiento francés, pudiera considerarse como tal «objetivo e independiente» .

La adopción de esta enmienda es aún más irónica dado que la Asamblea Nacional también votó a favor de una enmienda directamente antagónica (la nº 601 propuesta por el Partido Socialista) al mismo texto, que impone una producción de electricidad renovable de al menos 200 TWh en 2027...

Reiniciar Fessenheim

Continuemos con la Enmienda n.º 6 propuesta por la Agrupación Nacional (RN), que prevé la reanudación de las operaciones en Fessenheim. Personalmente, hice campaña contra el cierre —puramente político— de esta central cuando se paralizaron los reactores en 2020, en particular escribiendo varios artículos que explicaban la falta de fundamento de la mayoría de los argumentos utilizados para justificar su cierre y las consecuencias de esta decisión sobre las emisiones de CO2 de Francia.

Sin embargo, es evidente que reiniciarlo es ahora profundamente irreal. Las salas de máquinas han sido prácticamente desmanteladas y ahora están prácticamente vacías. Asimismo, el circuito primario ha sido grabado con ácido (un paso previo a su desmantelamiento), y se requerirían estudios exhaustivos con conclusiones inciertas para intentar demostrar que aún podría utilizarse a pesar de ello. Por lo tanto, reiniciar estos reactores ya no parece viable.

Confiar el monopolio de la explotación del reactor a EDF

Finalmente, LFI adoptó una enmienda (n.º 758) que otorga a EDF el monopolio de la operación de reactores nucleares (una iniciativa política que EDF nunca defendió, cabe destacar). Dicha enmienda contradice directamente varios artículos del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea: como mínimo, el artículo 49 sobre la libertad de establecimiento y el artículo 106, que exige a los Estados miembros de la UE respetar los tratados, en particular en materia de Derecho de la competencia. Los diputados, con la asistencia de agregados, asesores políticos y la administración de la Asamblea, deberían poder realizar un análisis jurídico de sus enmiendas y evitar proponer enmiendas que vulneren flagrantemente el Derecho europeo.

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El espectáculo en la Asamblea Nacional de los últimos días podría ser risible si los asuntos energéticos no fueran tan estratégicos para Francia. Estas enmiendas (una moratoria a las energías renovables, la reanudación de Fessenheim, cuyo desmantelamiento está en marcha y ya está muy avanzado desde su cierre hace cinco años, etc.) demuestran una falta de consideración hacia los sectores industriales y los trabajadores que los mantienen vivos, cuya actividad y empleos están a merced de la maniobra política.

Estos debates ilustran una tendencia preocupante. Por un lado, la actual falta de una mayoría clara tiende a eximir de responsabilidad a partidos y parlamentarios. Por otro lado, existe una falta relativamente generalizada de conocimientos técnicos en cuestiones de importancia estratégica para Francia. Para reindustrializar el país y preservar sus logros económicos y sociales, será necesario abordar los problemas energéticos con mucha mayor seriedad y rapidez, y dejar de considerarlos un simple medio de división artificial que permite a los partidos diferenciarse entre sí. Esto redunda en el interés superior de la nación.

Le Nouvel Observateur

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