Deuda, tensiones internacionales... A pesar del contexto incierto, la confianza vuelve a los empresarios franceses.

A pesar del probable rigor presupuestario, con 40.000 millones de euros de ahorro por encontrar, a pesar de los conflictos y la economía de guerra anunciada por Emmanuel Macron, o incluso los derechos de aduana impuestos por Estados Unidos... ¡las empresas francesas tienen confianza!
Según una encuesta realizada por BPI France a 4.700 directivos de pequeñas y medianas empresas (pymes), la confianza está volviendo y las perspectivas de negocio están mejorando en Francia. Las cifras suben 15 puntos entre las empresas con más de 100 empleados, que incluso prevén un aumento del 2,7 % en su facturación.
Pero ¿es esta confianza beneficiosa para la economía? Según el concepto del famoso economista John Maynard Keynes sobre este tema, las profecías pueden autocumplirse.
De hecho, si una empresa confía en el futuro, significa que está dispuesta a asumir riesgos y, por lo tanto, a invertir, contratar y, de esta forma, reactivar la economía. Por lo tanto, la confianza de los directivos es esencial para la recuperación de la actividad.
Y hoy, según la encuesta, las opiniones de los dirigentes de estas empresas se han vuelto positivas... lo que se traduce directamente en hechos.
La encuesta del BPI muestra que las quiebras empresariales, que han aumentado considerablemente desde 2023, se están ralentizando. En total, 65.000 empleos se ven amenazados por estas quiebras, lo que supone una disminución interanual del 6,5 %.
Pero persiste un punto de fricción: la desconfianza de los hogares. De hecho, los franceses no confían en el futuro y prefieren ahorrar. Casi el 19% de nuestros ingresos, en promedio, en el último trimestre, un récord histórico.
Y es tanto dinero que no se destina al consumo, a la compra, a las compras, a las ventas, a las promociones... Resultado: no hay recuperación ni reactivación de la economía.
RMC