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Cheques restaurante: «Todos los empleados podrán utilizarlos los domingos», anuncia Véronique Louwagie

Cheques restaurante: «Todos los empleados podrán utilizarlos los domingos», anuncia Véronique Louwagie

El ministro delegado de Comercio desveló este miércoles los detalles de la reforma de este sistema, "muy apreciado por los asalariados" y utilizado por 5,5 millones de franceses.

Buenas noticias para los empleados: pronto podrán usar sus vales de comida los domingos, especialmente para la compra de alimentos. «Todos los empleados podrán usar sus vales de comida los domingos», anunció Véronique Louwagie, ministra delegada de Comercio , este miércoles en una entrevista publicada por Le Parisien , donde desvela las principales medidas de su reforma de los vales de comida. Ni la forma (proyecto de ley o propuesta de ley) ni el calendario de esta reforma se han definido aún, pero el gobierno espera que se debata antes de finales de 2026.

«Esta reforma simplifica, consolida y moderniza el bono restaurante, al que todos los franceses están vinculados», explica la ministra. Su objetivo, en particular, es contemplar nuevos usos: «Seis de cada diez franceses preparan sus comidas en casa antes de llevarlas al trabajo. Por lo tanto, debemos pensar en ellos», subraya Véronique Louwagie. En concreto, podrán comprar los ingredientes necesarios para sus comidas semanales todos los días, incluidos los domingos, y en toda Francia. Actualmente, el uso de los bonos restaurante está limitado a los departamentos limítrofes con el lugar de trabajo. Sin embargo, su uso durante los días festivos seguirá prohibido; el sistema debe «mantenerse directamente vinculado al mundo laboral», según la ministra.

El principal punto de controversia se centra en su uso para pagar la compra de alimentos en supermercados. Este sistema temporal, introducido en 2022 y prorrogado anualmente desde entonces, permite la compra de productos alimenticios, incluso aquellos no directamente consumibles (excluyendo alcohol, dulces, alimentos para bebés y comida para mascotas). Se convertirá en permanente, a pesar de la oposición de los restauradores, que denuncian pérdidas de mil millones de euros en dos años, según la Umih, la principal organización del sector. También se mantendrá el límite de 25 euros al día. El gobierno finalmente descartó la idea de un doble límite, por considerarla compleja y legalmente arriesgada: «Su aplicación habría sido una fábrica de gas», opina el ministro.

Otra novedad importante y esperada: el fin del formato papel. A partir del 28 de febrero de 2027, solo se aceptarán cupones desmaterializados, anuncia Véronique Louwagie. Además, la ministra especifica que, a partir de ahora, los cupones deberán utilizarse dentro del año, sin posibilidad de acumularlos para el año siguiente. El objetivo: evitar el acaparamiento y fomentar el consumo. «El cupón restaurante no es un plan de ahorro», recuerda la ministra.

Para reducir las comisiones consideradas excesivas (las tasas que pagan los minoristas y restauradores a los emisores de vales de restaurante), el gobierno también quiere abrir el mercado, actualmente dominado por cuatro actores. Se suprimirá la Comisión Nacional de Vales de Restaurante (CNTR), y los emisores deberán obtener autorización previa consulta del Banco de Francia. «Esta es una situación de puertas cerradas que ya no puede continuar», afirma Véronique Louwagie. También se introducirá una carta de transparencia sobre las comisiones. Sin embargo, por el momento no se plantea limitar estas comisiones.

Finalmente, el ministro detalló el destino de los 48 millones de euros inactivos de este programa: los vales no utilizados durante el año se transferirán a los comités sociales y económicos (CSE); los vinculados a cuentas inactivas (empleados que han dejado el trabajo o fallecido) se incorporarán al fondo "Alimentación Mejor para Todos", destinado a combatir la inseguridad alimentaria. Creados a finales de la década de 1960 en Francia, los vales de comida son utilizados actualmente por más de cinco millones de empleados para pagar comidas y la compra de alimentos en unos 244.000 comercios. El coste de este programa para el Estado se estima en 2.000 millones de euros anuales, en particular por la exención de cotizaciones a la seguridad social, que asciende a hasta 7,26 euros diarios.

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