Alto Loira. La aventura quebequense de un residente de Yssinge que se lanzó a lo desconocido.

A los 21 años, dejó su ciudad natal, Saint-Maurice-de-Lignon, para cruzar el Atlántico. Empezó como camarero en Montreal y hoy ejerce una profesión tan espectacular como inesperada: el puenting. Entre golpes de suerte, encuentros y magníficos paisajes, relata su aventura canadiense.
Para él, todo empezó con la necesidad de ir a otro lugar. Aurélien Ouillon es un joven de Saint-Maurice-de-Lignon que soñaba con vivir... apasionadamente. «Quería vivir en otro continente y sentir la atmósfera norteamericana», confiesa. ¿Estados Unidos? Demasiado difícil de alcanzar. Entonces eligió Canadá. «Un buen punto medio», según él. Rumbo a Montreal.
La ciudad, conocida por su mezcla de culturas y su bilingüismo, entre francés e inglés, le atrajo de inmediato. «Si tenemos dificultades con un idioma, siempre contamos con nuestra lengua materna para apoyarnos», sonríe.
"Me voy, no tengo nada que perder."En diciembre,...
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Le Progres