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Una victoria solo parcial para Starmer

Una victoria solo parcial para Starmer

Era el segundo gran acuerdo comercial en solo tres días para el primer ministro británico, Keir Starmer. Primero, con India. Y el jueves, el premio gordo, Estados Unidos. A Starmer la llamada del presidente Donald Trump avisándole de que estaba a punto de anunciarlo le pilló siguiendo el partido del Arsenal con el Paris Saint-Germain. Ganaron los franceses, pero el premier británico logró al día siguiente un triunfo más importante, el primer gran acuerdo comercial con los norteamericanos para reducir los aranceles anunciados el “día de la liberación”. Una victoria diplomática muy oportuna para un líder laborista debilitado tras el ascenso de la ultraderecha en las últimas elecciones locales, y un importante respaldo a su política de aproximación, algunos dirían que genuflexión, ante EE.UU. La histórica “relación especial” entre Washington y Londres, más consolidada que nunca. Y además, en un día marcado por el simbolismo de la alianza entre las dos naciones, el 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Los beneficios económicos del acuerdo, en cualquier caso, pueden ser mucho más limitados.

El pacto ha levantado una gran expectación en todo el mundo, intentando interpretarlo como guía para futuros pactos de Estados Unidos con otros países. Queda ahora negro sobre blanco el fin del multilateralismo y la constatación de un nuevo orden económico basado en acuerdos comerciales bilaterales de Estados Unidos con el resto del globo. El siguiente paso podría ser un acuerdo con China, país con el que Washington abre negociaciones en Suiza este fin de semana al más alto nivel. El mismo viernes, Trump proponía al gigante asiático una radical rebaja de los gravámenes a la exportación desde el 145% al 80%.

El líder británico consigue el primer gran acuerdo comercial con EE.UU., con beneficios limitados

En líneas generales, lo pactado con Londres parece indicar que la nueva base de las relaciones comerciales con Estados Unidos serán unos aranceles del 10% para las ventas de productos a ese país. Si ni siquiera el Reino Unido ha conseguido reducirlos a cero, es muy poco probable que ningún otro país lo logre. Pero la situación del Reino Unido con respecto a EE.UU. es muy especial, y por lo tanto no fácilmente replicable en las negociaciones con otros países.

La “relación especial” El pacto supone una victoria diplomática muy oportuna para un líder laborista debilitado tras el ascenso de la ultraderecha en las últimas elecciones locales

De entrada el Reino Unido mantiene un déficit comercial con Estados Unidos, país al que compra numerosos productos manufacturados y también agrícolas y ganaderos, y dedica el 2,3% de su PIB a gastos de defensa, además de contar con un líder que ha conseguido caer simpático a Donald Trump. Aun así, el acuerdo firmado entre los dos países no es del todo favorable al Reino Unido.

Chris Jackson / Reuters

Keir Starmer destacó el día del anuncio del pacto que se han salvado miles de puestos de trabajo en la industria de la automoción británica gracias a la rebaja de los aranceles a los coches del 27,5% al 10% para una cuota de 100.000 vehículos al año (el actual nivel de exportaciones). Por otra parte, los aranceles sobre el aluminio y el acero pasan a ser cero desde el actual 25%. A cambio, los británicos se comprometen a comprar aviones Boeing y a dar a los granjeros norteamericanos un mayor acceso a su mercado. Washington también ha acordado permitir la importación de motores de avión Rolls-Royce libre de gravámenes. En todo caso, se mantiene un arancel mínimo del 10% en la mayoría de productos, una medida que Londres ha intentado retirar sin éxito.

El equipo de negociadores británicos considera que en un futuro no lejano podrán reducir ese arancel base del 10%, aunque desde Estados Unidos se ha dejado claro en las últimas semanas que no piensan bajar de ese mínimo. Las negociaciones siguen adelante, con lo que espera que avanzar en nuevos recortes sectoriales. Serán descensos modestos, en cualquier caso, apuntan los analistas.

‘The new normal’ El acuerdo apunta a que el arancel mínimo del 10% se convertirá en la nueva normalidad a escala global

Como recordó el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, este viernes, los aranceles bajan pero siguen por encima del nivel anterior a la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU., en una media del 2,4%. “Por supuesto que son buenas noticias, pero también debemos tener en cuenta que los aranceles se mantienen por encima de donde estaban cuando todo esto empezó”, subrayó Bailey. Es un escenario impensable hace solo un año.

lavanguardia

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