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¿Por qué los mercados no reaccionan?

¿Por qué los mercados no reaccionan?

Los titulares desde la semana pasada sobre la guerra en Oriente Medio son impactantes, al menos para generar alguna inquietud entre las personas, pero en los mercados han tenido un impacto muy leve.

Las bolsas suben, las tasas bajan, los tipos de cambio casi ni se alteran, sólo el petróleo ha pegado un salto relevante.

Este comportamiento aun sorprendente puede tener varias explicaciones. La primera es que, eventos disruptivos parecidos al actual desde la Segunda Guerra Mundial, generan ajustes importantes que se revierten rápidamente. Así sucedió en octubre de 2023 cuando se dio la invasión a Israel por parte de Hamas, por ejemplo.

Al parecer, hasta el momento los participantes en el mercado perciben que el impacto económico del actual conflicto entre Israel e Irán puede ser limitado.

En el caso del petróleo, el conflicto se genera en un momento en donde hay un exceso de inventarios de acuerdo con las cifras de la Agencia Internacional de Energía.

Los socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), han mantenido una pugna reciente para reducir los niveles de producción con poco éxito.

Aunque hay el riesgo de que el suministro de petróleo se pueda interrumpir si se bloquea el estrecho de Ormuz por parte de Irán, ello no interrumpiría inmediatamente la actividad económica en países desarrollados.

De acuerdo con el análisis de momentos de tensión anteriores, tendría que duplicarse el precio del petróleo para provocar un momento recesivo en Estados Unidos o un disparo de la inflación en este país.

Al parecer, las decisiones de los bancos centrales son dominantes hoy. Las decisiones de política monetaria (tasas de interés, liquidez, inflación) pesan más en los mercados que casi todos los eventos geopolíticos que hemos visto suceder en los últimos lustros.

En un entorno donde la Fed o el BCE podrían estar ajustando las tasas de interés de referencia, los inversionistas siguen priorizando el dato macro (inflación, empleo, PIB) por encima de eventos externos.

Los mercados no reaccionan a las noticias en sí, sino a cómo esas noticias cambian sus expectativas sobre el futuro.

Si la guerra no altera de forma significativa la inflación, el crecimiento global o las decisiones de los bancos centrales, entonces su efecto en los mercados puede ser limitado o de corta duración.

Por supuesto que el evento puede escalar y generar tales efectos perversos, pero hasta el momento es algo que los inversionistas no descuentan. Eso no significa que la incertidumbre con relación a las tarifas, el rumbo de la economía y la inflación hayan desaparecido, al contrario, el riesgo geopolítico crece en intensidad con el conflicto.

Es difícil pensar que con tal carga de riesgo las bolsas se mantengan repuntando. Esta semana hay anuncios importantes de los principales bancos centrales y, por el momento, la escalada del conflicto entre Israel e Irán ha opacado la reunión del G7; aunque quizás sea un evento más importante el comunicado de la Fed este miércoles.

El ambiente está aún cargado de riesgo y mucha incertidumbre, ello dificulta tomar decisiones de inversión y en el caos de las bolsas cuesta trabajo permanecer optimista.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de INVEX Operadora de Fondos de Inversión.

Eleconomista

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