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Impuesto a las remesas y dólar débil recortan ingresos a familias en México

Impuesto a las remesas y dólar débil recortan ingresos a familias en México

Aunque el peso mexicano se ha fortalecido en las últimas semanas, millones de familias que dependen de las remesas enfrentan un panorama adverso. Al nuevo impuesto del 3.5% que gravará los envíos de dinero desde el extranjero, se suma la depreciación del dólar y una baja en el volumen de remesas enviadas.

Patricia López, una de las tantas mexicanas que reciben apoyo económico de familiares en Estados Unidos, lo resume así: “Mi esposo me manda entre 100 y 110 dólares a la semana. Eso nos alcanza para comida, útiles escolares y algunos gastos básicos. Pero ahora está preocupado: si entra ese impuesto, le cobrarán más y podrá mandar menos. Además, el dólar ha bajado y ya no rinde igual”.

Según el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, alrededor de 4.9 millones de hogares y 11.1 millones de adultos mayores en México dependen de las remesas. Sin embargo, este ingreso vital podría verse severamente reducido en los próximos meses.

El peso mexicano alcanzó un nuevo máximo en 2025, cotizándose por debajo de los 19 pesos por dólar. La semana pasada, el tipo de cambio cerró en 18.91 pesos, lo que significó una apreciación de 0.27%, o cinco centavos, respecto a la jornada anterior. Esta fortaleza del peso, impulsada por las expectativas de recortes en la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos y el optimismo por un nuevo acuerdo comercial entre ese país y China, ha tenido consecuencias inesperadas.

“La apreciación del peso y la posibilidad de un impuesto desincentivan el envío de remesas”, advierte Lourdes Maisterrena González, economista de la Universidad Panamericana. “Además, la política migratoria estadounidense ha creado un ambiente de incertidumbre. Muchos migrantes indocumentados prefieren dejar de mandar dinero por miedo a ser rastreados o deportados”.

En abril pasado, México ya experimentó una caída del 12% en el volumen de remesas, una señal preocupante incluso antes de que entre en vigor el nuevo impuesto.

Maisterrena advierte que muchas personas podrían recurrir a canales informales para el envío de dinero, con mayores riesgos de fraude y sin garantías para los receptores. “No es recomendable. Lo mejor es buscar opciones legales con comisiones bajas”.

En 2024, México recibió más de 64 mil millones de dólares en remesas. De esa cifra, cinco mil 500 millones se destinaron a hogares en Jalisco.

Por otra parte, Guadalajara recibió más de 150 millones de dólares durante el primer trimestre de 2025, ubicándose como el tercer municipio con mayor recepción en México, después de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) y Tijuana (Baja California). Monterrey (Nuevo León) y Morelia (Michoacán) completan el top 5. En Jalisco destacan también municipios como Zapopan, Tepatitlán de Morelos, Ojuelos y Lagos de Moreno.

Antonio Ruiz Porras, académico de la Universidad de Guadalajara, señala que el impacto no es solo macroeconómico, sino profundamente social. “El grueso del dinero de las remesas se destina al consumo: alimentos, medicinas, transporte. Una reducción en los envíos afectará directamente la capacidad de subsistencia de muchas familias”.

Sólo una pequeña parte de las remesas se invierte en mejoras del hogar o pequeñas obras. El resto va a necesidades inmediatas. Ruiz Porras destaca que, de aplicarse el impuesto, prácticamente todos esos recursos verían reducida su capacidad de compra.

Entre los factores que han favorecido al peso están la posible pausa en los recortes de tasas por parte del Banco de México, la estabilización de la economía estadounidense y el anuncio de Donald Trump de que eliminaría el arancel del 50% al acero y aluminio mexicanos. Todo esto ha inyectado confianza a los mercados y fortalecido al peso.

Sin embargo, la volatilidad global sigue presente. El reciente conflicto entre Israel e Irán generó inestabilidad en los mercados internacionales, y por momentos el dólar volvió a subir de precio. “El peso ha tenido vaivenes: se aprecia con fuerza, pero cualquier evento geopolítico lo puede devaluar”, explica Maisterrena.

En conclusión, mientras la macroeconomía celebra la fortaleza del peso, millones de familias que dependen de las remesas ven cómo su dinero rinde menos, llega en menor cantidad y podría ser gravado con un nuevo impuesto. La recomendación de los especialistas: ajustar gastos, evitar vías informales de envío y mantenerse informados sobre el posible impacto fiscal en sus ingresos.

CT

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