Glosa: La raya
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(SZ) La tarde después de las elecciones federales hubo algo casi atrevido para los estándares de la CDU/CSU cuando Friedrich Merz anunció que ahora, antes de que comenzaran los trabajos al día siguiente, podría haber algo de “Rambo-Zambo” en la Casa Adenauer. ¿Rambo Zambo? Uno puede imaginarse algo similar a Remmodemmo o Hallogallo, un motín, en cualquier caso, del tipo que Robert Habeck probablemente tenía en mente cuando amenazó en el Festsaal Kreuzberg con tapar las cámaras a partir de las 10 de la noche. Después, dijo, habría fiesta hasta que se nos saltaran las lágrimas, y en efecto, a muchos se les saltaron las lágrimas, aunque no todos de fiesta.
Estilísticamente, Rambo-Zambo se acerca probablemente al “Polonäse Blankenese”, donde, como es bien sabido, “los agujeros salen inmediatamente del queso”. Si el domingo se hubieran producido temblores similares durante el Rambo-Zambo de la Unión, también habrían afectado a las cocinas alemanas, aunque esta vez no al compartimento del queso, sino a los armarios superiores o de pared en los que guardamos nuestras tazas. Las tazas tienden a tintinear durante Rambo-Zambo, pero sólo cuando están en el armario. Lo que nos lleva al anuncio de Merz de que hará política para la mayoría de la población que aún tiene la cabeza fría. Esto nos lleva a una teoría de conjuntos muy especial, que, por cierto, no sólo se aplica a nosotros, los alemanes, sino a todos los pueblos, con excepción quizá de aquellos que no tienen tazas. Según esta doctrina, la mayoría de los alemanes están firmemente convencidos de que tienen todo en sus manos; Al mismo tiempo, jura que la mayoría de los alemanes no están todos allí. La superposición de mayorías no es beneficiosa para el carácter del pueblo, y Merz haría bien en esforzarse por encontrar una solución rápida y justa a la paradoja de las tazas en el armario como canciller.
Si Rambo-Zambo es lo que parece, es decir, un suceso lleno de disturbios, casi automáticamente lleva a suponer que el objetivo era, como era común en el pasado, engañar al mundo espiritual, a lo siniestro y a lo latentemente amenazante. ¿Y de qué querían protegerse? Quienes conocen el alma de la CDU/CSU (¡sí, existe algo así!) creen que es probable que fuera la mano persistentemente extendida de Alice Weidel la que la gente intentaba evitar en las ruidosas celebraciones. No es ningún secreto entre cristianos como los miembros de la CDU/CSU que la mano extendida no sólo ofrece ayuda y protección o invita a la reconciliación. Ellos conocen su Biblia, el libro del Éxodo, en el que el Señor dice que extenderá su mano y herirá a Egipto con toda clase de maravillas. Los más alertas entre ellos podrían interpretar esto como que aún les esperaba una sorpresa por parte de la mano extendida de Weidel.
süeddeutsche