Mayor compromiso

El Ministerio Federal de Trabajo ha presentado un proyecto de reforma del sistema de renta básica universal. Las medidas establecen obligaciones más vinculantes y dan mayor importancia al componente de exigencia. Esto podría facilitar una mayor inserción laboral.
El Ministerio Federal de Trabajo ha presentado un proyecto de reforma del sistema de renta básica universal. Las medidas establecen obligaciones más vinculantes y dan mayor importancia al componente de exigencia. Esto podría facilitar una mayor inserción laboral.
La reestructuración de la renta básica universal es uno de los proyectos de reforma clave del gobierno alemán. El primer objetivo es una ruptura radical con el concepto de renta ciudadana, cuyo componente de exigencia se suavizó mediante diversas medidas cuando se introdujo en 2023. Esto transformó la naturaleza de la renta básica universal, pasando de ser una ayuda temporal sujeta a comprobación de recursos para fomentar la autosuficiencia, a una renta básica menos restrictiva, en la que se otorga mayor peso a la participación económica y menor a la integración en el mercado laboral. Este cambio se evidencia, entre otras cosas, en la sustitución del nombre «renta ciudadana» por «renta básica universal». En segundo lugar, se espera que la reforma genere un alivio fiscal.
El gasto en renta básica universal se determina principalmente por el número de beneficiarios. Los cambios en las prestaciones per cápita son limitados. En este contexto, el momento de la reforma no es desfavorable, ya que el número de beneficiarios está disminuyendo este año (véase el gráfico). En septiembre, a pesar de la difícil situación general del mercado laboral, había 212 000 personas menos recibiendo prestaciones estándar que en el mismo mes del año anterior, posiblemente gracias a una mejor integración de los refugiados.
Plan de cooperaciónUn aspecto clave de la reforma es restablecer un mayor carácter vinculante al denominado "plan de cooperación". Las oficinas de empleo y los beneficiarios elaboran este plan al inicio del período de prestación, definiendo sus respectivos derechos y obligaciones. Una innovación inicial del sistema de renta ciudadana fue la omisión de una declaración sobre las consecuencias jurídicas de este acuerdo. Esto pretendía fomentar la igualdad de condiciones. Sin embargo, en la práctica, debilitó principalmente el carácter vinculante del acuerdo, ya que la ausencia de dicha declaración impide la imposición inmediata de sanciones por incumplimiento de las obligaciones.
La imposición de sanciones se volvió, por lo tanto, más compleja y lenta para las oficinas de empleo, lo que podría explicar por qué el número de sanciones impuestas se mantuvo muy por debajo del nivel previo a la pandemia de COVID-19. La mayoría del personal de las oficinas de empleo consideraba el plan de cooperación uno de los aspectos más importantes de la reforma en aquel momento (Bernhard et al., 2024). El gobierno federal ahora busca que el procedimiento sea más vinculante. En el futuro, debería ser posible solicitar cooperación con carácter legalmente vinculante tras la primera cita perdida. En principio, se podría concebir un enfoque aún más estricto, por ejemplo, retomando la práctica anterior a la reforma de la renta ciudadana, en la que el acuerdo de integración, como paso previo al plan de cooperación, incluía una declaración de consecuencias jurídicas. Esto dejaría más claro desde el principio que la sociedad espera algo a cambio de su ayuda y que está dispuesta y capacitada para exigirlo.
El segundo punto clave radica en la ampliación de las sanciones. Esto se aplica, en primer lugar, a la omisión de declaración. Anteriormente, la omisión culpable de declaración podía sancionarse con una reducción del 10 % de la prestación estándar, actualmente de 563 € para personas solteras, durante un mes. Las omisiones reiteradas podían acumularse hasta una reducción máxima del 30 %, que corresponde al límite máximo establecido por el Tribunal Constitucional Federal. Según el proyecto de ley del Ministerio de Trabajo, prácticamente no existían otras vías de recurso para quienes se negaran a declarar de forma reiterada.
Según el plan de la coalición, la primera falta a una cita no conllevará sanción, pero la segunda resultará en una reducción del 30% en la prestación estándar durante un mes. Si la persona citada no se presenta a una tercera cita, la prestación estándar se suspenderá por completo. Sin embargo, se abonará retroactivamente, con una reducción equivalente a la sanción, si la persona sancionada regresa al centro de empleo dentro del plazo de un mes. De no ser así, se suspenderán todas las prestaciones, incluyendo los gastos de vivienda. Si bien la Corte Constitucional Federal estipula una sanción máxima del 30% de la prestación estándar, el argumento del proyecto de ley es que la inasistencia constituye un incumplimiento de uno de los requisitos para recibir las prestaciones.
En segundo lugar, se están considerando sanciones más severas por incumplimiento de obligaciones, como por ejemplo, negarse a participar en un programa de inserción laboral. Actualmente, las sanciones oscilan entre el 10 % de la prestación básica durante un mes por la primera infracción y el 30 % durante tres meses por la tercera. En el futuro, la renta básica podría reducirse directamente en un 30 % de la prestación básica durante tres meses. En caso de rechazo de un empleo, es posible una reducción del 100 % de la prestación básica durante un mes, o incluso dos meses si se mantiene una oferta de trabajo. Esta posibilidad de sanción total se fundamenta en el razonamiento del Tribunal Constitucional Federal, que dictaminó que, en tales casos, no existe necesidad de sanción.
Tanto simplificar el proceso de sanciones como aumentar su severidad son pasos en la dirección correcta. Numerosos estudios han demostrado la eficacia de las sanciones, ya que aceleran la integración laboral (Schäfer, 2022). Esto también se aplica a personas que no fueron sancionadas (Wolf, 2024). Incrementar la severidad de las sanciones podría aumentar la tasa de inserción laboral, que disminuyó tras la reforma de la renta básica (Weber, 2026). Este enfoque también podría generar ahorros, aunque es más probable a medio plazo, dado que los cambios de comportamiento rara vez son inmediatos.
Requisitos para recibir beneficiosUn tercer aspecto clave del nuevo sistema de renta básica universal es restablecer los requisitos de elegibilidad reducidos para las prestaciones, introducidos durante la reforma del sistema de renta ciudadana. Esto se refiere a la idoneidad de los gastos de vivienda y los bienes protegidos. Si bien ambos factores pueden no tener un impacto significativo en la práctica, son importantes para la percepción de equidad y la aceptación del sistema de renta básica universal.
Se suprimirá el período de espera de un año, durante el cual se aplica una deducción patrimonial mayor de hasta 40 000 €. En el futuro, se aplicará una deducción patrimonial en función de la edad, alcanzando el límite anterior de 15 000 € —aplicable tras el período de espera— únicamente en la etapa final. Las viviendas en propiedad y los ahorros para la jubilación seguirán estando exentos. El período de espera de un año para los gastos de vivienda se mantendrá, pero con modificaciones. Si bien actualmente los gastos reales se reconocen sin límite, se establecerá un límite de una vez y media los gastos generalmente considerados razonables.
Además, el proyecto de ley incluye varios puntos adicionales. Entre ellos, destaca la restitución de la prioridad de la inserción laboral. Esto significa que la integración en el mercado laboral volverá a ser la máxima prioridad, si bien se seguirá ofreciendo formación adicional si se considera beneficiosa. Otro aspecto positivo es la disposición que establece que, en adelante, los padres con hijos mayores de un año deberán estar disponibles para los servicios de inserción laboral; anteriormente, el límite era de tres años. Esta nueva normativa puede fomentar la participación de los padres en el mercado laboral. Se seguirá teniendo en cuenta las circunstancias individuales.
ConclusiónEn general, el proyecto de ley parece cumplir con la expectativa de un cambio respecto al modelo de renta básica universal, no solo en la forma, sino también en la práctica. Una mayor rendición de cuentas, sanciones más severas y requisitos de elegibilidad más exigentes refuerzan el principio fundamental de la renta básica universal, según el cual las personas necesitadas tienen derecho a la asistencia solidaria de la sociedad, pero a cambio deben asumir la responsabilidad de esforzarse por subsistir sin dicha asistencia en el futuro. A medio plazo, esto conllevará mayores tasas de inserción laboral y, por consiguiente, un alivio fiscal. Sin embargo, no cabe esperar ahorros significativos de inmediato. El propio Ministerio de Trabajo prevé una reducción del gasto de tan solo 193 millones de euros en 2028.

Holger Schäfer Instituto Económico Alemán (IW)
iwkoeln

