ESG: El beneficio a corto plazo no lo es todo, la sostenibilidad sigue dando sus frutos

En primer lugar, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania provocó un fuerte aumento en las acciones de las empresas de defensa. Posteriormente, especialmente en EE. UU., se produjeron agresivas campañas en redes sociales contra las llamadas empresas "woke" y presiones directas del gobierno estadounidense para frenar las iniciativas de diversidad y protección del clima. Sin embargo, esta tendencia no solo afecta a Estados Unidos. La resistencia a las prácticas comerciales sostenibles también está creciendo en otros países.
Este desarrollo es miope y podría perjudicar el crecimiento a largo plazo. Los impulsores fundamentales de la sostenibilidad no han cambiado. De hecho, los desafíos son mayores que nunca. El cambio climático, la escasez de recursos y la desigualdad social no son amenazas abstractas; ya tienen un impacto directo en la economía. Los fenómenos meteorológicos extremos están alterando las cadenas de suministro, las nuevas leyes exigen mayor transparencia y las partes interesadas, desde los clientes hasta los empleados, esperan cada vez más acciones sostenibles.
Los gerentes deben pensar más allá de las cifras de ganancias a corto plazoExiste un creciente argumento de que la sostenibilidad cuesta más de lo que beneficia. Sin embargo, numerosas empresas refutan esta teoría. Un ejemplo claro de cómo las prácticas empresariales sostenibles realmente valen la pena lo ofrece Trane Technologies, proveedor líder de tecnología de aire acondicionado. La empresa irlandesa optó deliberadamente por comprar acero bajo en carbono, a pesar de ser más caro que el acero convencional.
El director ejecutivo justificó esta decisión estratégica diciendo: «Entonces venderemos más». Hasta ahora, la apuesta ha dado sus frutos. Clientes importantes, como los centros de datos, buscan soluciones bajas en carbono para alcanzar sus propios objetivos climáticos. Si bien los inversores penalizaron recientemente la acción por los resultados trimestrales aparentemente poco convincentes, en los últimos tres años ha subido más del 200 %.
Otro ejemplo es la cadena estadounidense de grandes almacenes Costco, una de las empresas que mejor paga en el sector minorista estadounidense. A primera vista, esto se traduce en mayores costos. Sin embargo, la rotación de personal en Costco es inferior a la media del sector. Los inversores también han obtenido beneficios con esta acción en los últimos años.
Los ejecutivos deberían pensar más allá de la fijación en las cifras de beneficios a corto plazo. El grupo francés de ingeniería eléctrica Schneider Electric demuestra que esto funciona. La compañía sigue una ambiciosa estrategia de sostenibilidad con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2025 y se posiciona como proveedor líder de gestión y automatización energética. Este enfoque a largo plazo ha dado sus frutos hasta la fecha. En los últimos diez años, los accionistas han obtenido una rentabilidad de casi el 390 %, lo que corresponde a una rentabilidad total anualizada de alrededor del 17 %.
La sostenibilidad no cuesta rentabilidadLas empresas no deberían ocultar sus esfuerzos de sostenibilidad, sino comunicarlos con confianza. Una retirada probablemente costará más de lo que se beneficiará, tanto en pérdidas de negocio como en el compromiso de los empleados. Además, las empresas operan en un entorno global: China está invirtiendo fuertemente en tecnologías limpias, y más de la mitad de las ventas de automóviles nuevos ya son vehículos eléctricos o híbridos.
Las inversiones sostenibles y las prácticas empresariales sostenibles no solo son moralmente imperativas, sino también económicamente viables. Contrariamente a los mitos persistentes, la mayoría de los estudios sobre este tema concluyen que las inversiones sostenibles no presentan un perfil de riesgo-retorno inferior; de hecho, estos criterios adicionales tienden a tener un efecto positivo.
Este sólido desempeño es particularmente evidente a largo plazo. Las empresas sostenibles suelen presentar menores riesgos de eventos, están mejor preparadas para futuras regulaciones y se benefician de la reducción de costos de las tecnologías verdes. La energía solar y eólica, por ejemplo, ya son las fuentes de energía más económicas en la mayoría de las regiones.
La fijación en métricas financieras y de beneficios a corto plazo y limitadas representa el mayor obstáculo para la sostenibilidad empresarial. Las métricas tradicionales, como el cálculo del retorno de la inversión (ROI) o la determinación del valor actual neto, no logran captar la resiliencia, el compromiso de los empleados ni los riesgos reputacionales. Si bien estos beneficios son difíciles de medir, son cruciales para el éxito de una empresa.
Acerca del autor
Roman Limacher es CEO de Arete Ethik Invest desde 2021. Anteriormente, trabajó durante unos diez años en Hauck und Aufhäuser en Suiza, donde más recientemente también ocupó el cargo de CEO. Su otra trayectoria profesional incluyó Dr. Höller Asset Management y Asesoramiento de Inversiones.
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